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Channel: Pajareando por Cantabria
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MARRUECOS 2018 (I/V): De Ifrán a Errachidía

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Aquí estoy de nuevo, recién llegado del viaje que realicé a Marruecos en compañía de Carlos Rossi y Javier Pérez. Una experiencia de 9 días en la que hemos podido disfrutar de la naturaleza más agreste del país y que procederé a contaros en las siguientes entradas, empezando por ésta.

El primer día el único pajareo que hubo fue el correspondiente a nuestro paso por el Estrecho desde Algeciras a Tánger, con buenas observaciones de págalo parásito, págalo grande, pardelas cenicientas y alcatraces. Una vez en Tánger recogimos el coche (un Dacia Logan) que habíamos alquilado y condujimos hasta la localidad de Ifrán, en el Medio Atlas, donde pasamos la noche.
Al día siguiente nos esperaba mucho frío, viento y una meteorología bastante inestable, pero aun así la ilusión era la propia del primer día y nuestras expectativas se mantenían sobradamente altas. Nuestro primer objetivo sería el pito de Levaillant, pasando de buscarlo en los parques del propio Ifrán para hacerlo directamente en el espectacular bosque de cedros de Azrú.

Bosque de cedros de Azrú

La primera "delicia" con la que nos encontramos aquí fueron los pinzones vulgares de la subespecie africana, seguido de un par de grupos familiares del amenazado macaco de Berbería, que encuentra aquí uno de sus últimos reductos.

Pinzón vulgar norteafricano (Fringilla coelebs africana)

Macacos de Berbería (Macaca sylvanus)

El tiempo empeoraba por momentos y lo único que teníamos del pito de Levaillant eran unos reclamos lejanos. Sin embargo la suerte se puso de nuestro lado y tras una larga e intensa búsqueda conseguimos dar con un ejemplar.


Pito de Levaillant (Picus vaillantii)

La lluvia, la nieve y, sobretodo, el fortísimo y gélido viento que sufrimos en el bosque de cedros nos acompañaron durante el resto del día mientras nos desplazábamos hacia el sur. La primera parada de rigor la hicimos en el Lago Aguelmane Sidi Ali, siendo las tierras encharcadas de sus alrededores (visibles desde la carretera principal) uno de los mejores enclaves para la observación de tarro canelo. Ya en el lago propiamente buscamos fochas morunas entre las comunes y nos deleitamos con varias cercetas pardillas, además de con el primer ejemplar de alondra cornuda del Atlas del viaje.



Tarro canelo (Tadorna ferruginea)


Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Lago Aguelmane Sidi Ali

Cercetas pardillas (Marmaronetta angustirostris)

Alondra cornuda del Atlas (Eremophila alpestris)

Dejamos la montaña atrás y nos introdujimos en terreno árido, pero el abrigo seguía siendo muy necesario. Al sur de Zaida visitamos otro lugar de referencia, el Plateau de l'Arid. Las condiciones no nos permitieron disfrutarlo mucho, pero de todas formas nos regaló nuestras primeras collalbas desérticas y culirrojas. Ya antes de llegar a Midelt apareció la única collalba de Seebohm de todo el viaje, especie que en un día favorable hubiésemos visto a patadas.




Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Collalba culirroja (Oenanthe moesta)

Collalba de Seebohm (Oenanthe seebohmi)

Volviendo a los macizos montañosos observamos una carraca y multitud de milanos y águilas calzadas remontando exhaustos las laderas a ras de suelo en su migración hacia el norte. Como a Javier le hacía ilusión ver la subespecie africana de piquituerto (poliogyna) decidimos detenernos para comer en uno de los pocos sitios en los que teníamos constancia de su presencia.



Piquituerto común norteafricano (Loxia curvirostra poliogyna)

Cuando definitivamente abandonamos las estribaciones del Atlas el viento y el frío cesaron de repente y al fin pudimos ver pájaros a gusto, siendo nuevamente las collalbas desérticas las protagonistas.


Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Con las últimas luces del día realizamos una última parada en las gargantas posteriores al Túnel del Legionario. Las sorpresas aquí fueron nuestro primer colirrojo diademado y también escribano sahariano, además de otras especies que podemos encontrar en España pero que no dejan de estar muy bien, como roqueros solitarios y collalbas negras.



Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri)

Escribano sahariano (Emberiza sahari)

Roquero solitario (Monticola solitarius)

Collalba negra (Oenanthe leucura)


Con nuestra llegada a Errachidía dimos por finalizada esta intensísima jornada. Ahora tocaba descansar y recargar pilas, pues al día siguiente recorreríamos extensos palmerales y cortados donde nos esperaban muchas otras especies nuevas. Pero reservaré todo eso y más para la segunda parte...

¡Hasta entonces!



MARRUECOS 2018 (II/V): De Errachidía a Rissani

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El canto de un escribano sahariano al amanecer nos anuncia un nuevo día...
Salimos de Errachidía con las primeras luces, y a los pocos kilómetros realizamos una parada para fotografiar un palmeral situado en el fondo de un barranco.


No fue en vano, ya que para nuestra sorpresa nos cruzamos con una pareja de terreras saharianas, las primeras del viaje. Una de ellas capturó un pequeño geco delante de nuestras narices, mostrando la faceta depredadora que se esconde detrás de su tierna apariencia. Con el tiempo nos daríamos cuenta de que las paradas aleatorias como ésta resultarían altamente productivas...

Terreras saharianas (Ammomanes deserti)

La carretera entre Errachidía y Erfoud transcurre a lo largo de un río con excelentes palmerales, todo un corredor natural para las aves migratorias. Los primeros en dejarse ver fueron los escribanos saharianos y las collalbas yebélicas (o collalbas negras de Brehm), dos especies extremadamente abundantes de aquí en adelante. La banda sonora sin embargo corría a cargo de un mamífero, los gritos de alarma de las ardillas morunas.



Escribano sahariano (Emberiza sahari)

Collalbas yebélicas (Oenanthe leucopyga)

Ardilla moruna (Atlantoxerus getulus)

Encontramos un puente que atravesaba el río y decidimos bajar para inspeccionar sus orillas. El objetivo principal era la lavandera blanca de la subespecie norteafricana (subpersonata), pájaro que no tardó en dejarse ver mientras los bulbules naranjeros revoloteaban a nuestro alrededor y una fugaz pareja de perdices morunas se ocultaba entre la vegetación.

Lavandera blanca norteafricana (Motacilla alba subpersonata)

Bulbules naranjeros (Pycnonotus barbatus)

Entre los migrantes parece que nos encontrábamos en el momento de mayor paso para alcaudón común y mosquitero papialbo. Un chorlitejo chico y un azor sembrando el caos fueron los responsables de nuestra despedida del palmeral.

Alcaudón común (Lanius senator)

Chorlitejo chico (Charadrius dubius)


Ya en Erfoud tomamos un desvío y recorrimos unos 30km hacia el oeste para explorar una localidad en la que teníamos constancia de la presencia de prinia desértica (Scotocerca inquieta). No tuvimos suerte con ella, pero tampoco nos arrepentimos de haber llegado hasta aquí, puesto que en este terreno yermo la vida no escaseaba precisamente...


Torbellino...

Las terreras comunes estaban claramente en paso, ya que encontramos bandos por todas partes. Como subespecies de interés nos llevamos el alcaudón real algeriensis, y como especies nuevas el camachuelo trompetero y la alondra ibis.

Terreras comunes (Calandrella brachydactyla)

Alcaudón real (Lanius meridionalis algeriensis)

Camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus)

Alondra ibis (Alaemon alaudipes)

Una vez en Rissani visitamos unos cortados al oeste de esta población.
Collalbas yebélicas, camachuelos trompeteros y otra novedad, el cuervo desertícola, nos dieron la bienvenida a este enclave. 


Collalba yebélica (Oenanthe leucopyga)

Cuervos desertícolas (Corvus ruficollis)

Tras un rato caminando un hombre emergió de entre la vegetación, tratándose ni más ni menos que de mi amigo burgalés Jesús García Ubierna, quien también andaba pajareando por la zona en compañía de un grupo de españoles... ¡Toda una sorpresa! Les preguntamos por el búho del desierto (Bubo ascalaphus), ya que éste fue hasta hace no mucho el lugar típico para verlo... pero tal y como nos comunicaron ya no cría ahí. Sin embargo nos dieron una buena noticia al tener localizado un ejemplar de curruca de Tristram (una hembra), especie que no contábamos ver hasta dentro de unos días. ¡No hay mal que por bien no venga!

Curruca de Tristram (Sylvia deserticola), hembra

Tras despedirnos, de vuelta al coche, nos cruzamos con un par de terreras saharianas y con un anciano local e inglés-parlante que a cambio de unos dirhams (el regateo es siempre una opción) se ofreció a enseñarnos búho del desierto, halcón borní y halcón tagarote, cada uno en un cortado distinto. Nosotros preferimos seguir intentándolo por nuestra cuenta, pero si a alguno de vosotros os interesa aquí os dejo su número de teléfono: 0626951218.

Terreras saharianas (Ammomanes deserti)

Por suerte contábamos con un "plan B" para el búho, unos cortados bastante más al sur, aunque visto lo visto ya no teníamos muchas esperanzas. Mientras buscábamos a la rapaz nocturna apareció un gran grupo de niños procedentes de un pueblo vecino, y por medio de gestos supieron decirnos que sabían de sobra dónde dormía el búho... y no era para nada donde estábamos mirando.

Cuervos desertícolas (Corvus ruficollis)

Era sobre todo uno de ellos, Hassan, quien se conocía cada una de las grietas en las que solía dormir el gran duque del desierto. Recorrimos bastante distancia para inspeccionarlas todas, y mientras tanto me dediqué a fotografiar a algunos de los cuervos desertícolas que pululaban por la zona. No lo vi en su momento, pero antes de llegar a verlo fotografié al búho entre estos córvidos, algo de lo que no me he percatado hasta revisar las fotos ya en el ordenador de casa.


Búho del desierto (Bubo ascalaphus)

Aquí ya fue cuando lo vimos en realidad, cuando los cuervos lo increparon tanto que lo obligaron a volar, iniciando una escandalosa persecución tras él.

Búho del desierto (Bubo ascalaphus)

Terminó posándose en una repisa muy a la vista, deleitándonos con este pedazo de pájaro como poca gente suele hacerlo... ¡Una auténtica maravilla de bicho!
Uno de los chavales quiso hacerlo volar para que pudiésemos sacarlo en el aire de nuevo, pero rápidamente le hicimos señas para que se detuviese. No había ninguna maldad en sus intenciones, pero dejarlo tranquilo era la mejor manera de disfrutarlo (tanto en ese momento como en el futuro). Por suerte nos entendió.

Búho del desierto (Bubo ascalaphus)

Volviendo al coche les pagamos 200mdh (casi 20€) por su indispensable ayuda, cosa que los hizo saltar de emoción. Desde luego saldrían muy buenos ornitólogos de aquí si sus condiciones de vida fuesen otras muy diferentes...




Con las últimas luces regresamos a Rissani, donde pasaríamos la noche.
La estampa de las dunas al atardecer nos recordaba lo que nos esperaba al día siguiente: el mismísimo desierto del Sáhara. Ahora empezaba lo bueno...

¡Nos vemos en la siguiente parte!



MARRUECOS 2018 (III/V): Erg Chebbi

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Erg Chebbi es el único "erg" verdadero del Sáhara en Marruecos.
Uno de los mayores atractivos de la zona es la Laguna de Merzouga, que habitualmente cuenta con flamencos, tarros canelos y demás acuáticas de interés. Nosotros quisimos acudir a primera hora para ver bajar a beber a las gangas (tanto la moteada como la coronada), pero para nuestra desgracia este año se encontraba completamente seca, tal y como pudimos comprobar.


Teníamos ubicaciones para varias de las especies "top" de esta región, pero como sabíamos de antemano que en el Hotel-Kasbah Yasmina había gente bastante entendida en aves decidimos ir directamente allí. Intentarlo por cuenta propia en este entorno es una locura y preferimos dejarlo como "plan B".

Dromedarios (Camelus dromedarius)

Fue en una parada para fotografiar unos dromedarios cuando distinguimos una silueta volando en la lejanía. Ni más ni menos que un enorme halcón borní, el único de todo nuestro viaje. ¡Un bicho francamente bonito!

Halcón borní (Falco biarmicus)


El recorrido hasta la Kasbah Yasmina es desde luego más apropiado para un todoterreno que para un turismo corriente como el nuestro, y más tal y como lo hicimos nosotros al desviarnos desde la carretera principal. Nos tocaron varios kilómetros de mucha precaución a paso de tortuga, observando alondras ibis en condiciones y nuestras primeras y únicas terreras colinegras del viaje.

Alondra ibis (Alaemon alaudipes)

Terreras colinegras (Ammomanes cinctura)

De pronto levantamos un pequeño grupo de gangas que volvieron a posarse a los pocos metros, y a las que conseguimos aproximarnos bastante sin bajarnos del coche. Se trataba de gangas moteadas... Todo un golpe de suerte.

Gangas moteadas (Pterocles senegallus)

Al fin llegamos al Yasmina. Una vez en la recepción preguntamos por tours en todoterreno (algo imprescindible para moverse por las dunas) para intentar dar con tres de nuestras especies objetivo: chotacabras egipcio, curruca sahariana y gorrión sahariano. Nos dijeron que sin problema, pero que tendríamos que esperar media hora a que llegase el vehículo. Mientras tanto podíamos hacer tiempo en la parte trasera, donde estaba teniendo lugar una sesión de anillamiento científico.



Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)

Alcaudón común (Lanius senator)

No tardó en llegar el todoterreno. Nuestro guía por el desierto fue Brahim, un tío simpático como pocos y que hablaba perfecto castellano, además de ser un grandísimo conocedor de este entorno y sus aves. El primer objetivo sería el chotacabras egipcio, para lo cual Brahim se puso previamente en contacto con un pastor local que suele tener controlados los sitios donde duermen.




Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Acudimos al encuentro del pastor de los chotacabras, que para entonces ya nos había localizado ni más ni menos que tres ejemplares distintos. Para mi es, sin duda, una de las mejores especies que nos podíamos llevar de todo Marruecos.

Chotacabras egipcios (Caprimulgus aegyptius)

Lagartija del género Acanthodactylus

La que más nos costó fue sin embargo la curruca sahariana. Recorrimos largas distancias visitando algunas de las pocas masas de vegetación dunar en las que Brahim sabía que podríamos verla, sin éxito. Fue ya en la última de sus opciones cuando apareció, dándonos otro subidón de los gordos. Desde luego no será llamativa en cuanto a colores, pero su mirada es alucinante...

Curruca sahariana (Sylvia deserti)

Ya sólo nos quedaba el cada vez más escaso gorrión sahariano. A diferencia de hace años buscarlo en el entorno de las kasbahs ya no es una opción segura, y tuvo que llevarnos a una zona bastante más remota para optar a verlo.


Escarabajo sin identificar...

El sitio en cuestión era una chabola rodeada por unos pocos árboles...
Por suerte el gorrión sahariano aquí estaba asegurado y no nos llevó demasiado tiempo encontrar a ambos miembros de la única pareja del lugar.


Gorrión sahariano (Passer simplex), macho

Gorrión sahariano (Passer simplex), hembra

Gorrión sahariano (Passer simplex), macho

Ya era la hora de comer, y de vuelta en el Yasmina pedimos unos platos típicamente marroquíes que comimos con gusto, disfrutando además de excelentes vistas tanto del Sáhara como de un par de collalbas yebélicas que merodeaban por los alrededores. ¡No podíamos pedir más!



Collalba yebélica (Oenanthe leucopyga)


Con todo satisfactoriamente visto pagamos lo correspondiente al tour en todoterreno (unos 30€ por persona) y retomamos nuestra ruta por el país, dirección a Boumalne Dades, donde tocaba hacer noche. Mientras pasábamos por Erfoud no bajamos la guardia ante la posibilidad de ver algún turdoide rojizo (Turdoides fulva), pero lo más parecido fueron varios de los tantos bulbules.

Bulbules naranjeros (Pycnonotus barbatus)

Esa noche nos acostamos aun más pronto de lo habitual. Como habréis notado ya nos habíamos introducido en la zona realmente buena del país y todas las especies que venían a continuación iban a exigirnos pleno rendimiento...

¡Pero eso ya es material de la próxima entrada!



MARRUECOS 2018 (IV/V): Tagdilt Track, Gargantas del Todra y Ouarzazate

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A tan solo 5km de Boumalne Dades comienza el famosísimo Tagdilt Track, una serie de pistas que conectan la carretera principal con un pequeño pueblo llamado Tagdilt, y que actualmente se reparten en lo que se conoce como New Tagdilt Track y Old Tagdilt Track. De camino nos topamos con nuestro primer busardo moro (si no tenemos en cuenta una fugaz observación en los palmerales de Erfoud), una especie que considerábamos que iba a ser mucho más frecuente de lo que realmente es. Por suerte no iba a ser el único del que disfrutásemos...

Busardo moro (Buteo rufinus)

Nosotros decidimos empezar por el New Tagdilt Track, una carretera asfaltada que cruza un entorno con relativa cantidad de vegetación arbustiva. Aquí además de camachuelos trompeteros y collalbas desérticas también vimos collalbas culirrojas, las cuales resultaron ser francamente abundantes.

New Tagdilt Track

Collalba desértica (Oenanthe deserti), hembra

Collalba desértica (Oenanthe deserti), macho

Collalba culirroja (Oenanthe moesta), hembra

Collalba culirroja (Oenanthe moesta), macho

No tardamos en tomar una de las pistas que surgían a mano derecha que nos conectase con el Old Tagdilt Track. Fue entonces cuando comenzamos a ver los primeros corredores saharianos, llegando a contar más de 15 ejemplares...

Corredores saharianos (Cursorius cursor)

El Old Tagdilt Track está configurado por varias pistas sin asfaltar (por lo que hay que circular con cuidado) que atraviesan un ambiente con una densidad arbustiva mucho más baja, siendo ésta una mejor opción para los aláudidos. Las primeras en aparecer fueron las alondras cornudas saharianas...

Old Tagdilt Track

Alondras cornudas saharianas (Eremophila bilopha)

Vimos más especies, pero de primeras ninguna nueva, como por ejemplo esta alondra ibis que nos deleitó con su "display" nupcial. El tiempo corría para nosotros y la escurridiza calandria picogorda seguía sin aparecer, hasta que ya yéndonos nos pasó volando un grupo de 5 ejemplares... La calidad de la observación nos dejó con la miel en los labios, por lo que si al final del día nos sobraba tiempo decidimos volver para dedicarles un último intento.

Alondra ibis (Alaemon alaudipes)

Dromedarios (Camelus dromedarius)

Ahora lo que tocaba era retroceder respecto a lo conducido el día anterior y así visitar las Gargantas del Todra. La población de referencia aquí es Tinghir, donde a su vez observamos a placer otro ejemplar de busardo moro mientras devoraba el cuerpo de un sapo sobre el tronco de una palmera.


Busardo moro (Buteo rufinus)

De las Gargantas del Todra se me ocurre poco que decir más allá de que son un lugar espectacular, y basta sólo con estar en ellas para entender que sea tan buen sitio para águila perdicera o incluso arruí, entre otros... Pero nuestro objetivo aquí era mucho más humilde: el avión isabelino, que vimos volando en compañía de aviones roqueros convencionales. Éste es también un enclave bien conocido para la observación de curruca de Tristram, pero habiéndola visto ya días antes optamos por no dedicarle más tiempo y regresar con luz al Tagdilt Track.



Gargantas del Todra, hogar del avión isabelino

Antes de abandonar las gargantes pudimos ver tórtolas senegalesas en condiciones, especie que hasta el momento sólo nos había proporcionado un encuentro de pésima calidad en los alrededores de Rissani.

Tórtolas senegalesas (Spilopelia senegalensis)

Llegamos de nuevo al Tagdilt Track con las últimas luces del día. A estas horas ya se había levantado el viento y hacía bastante frío, razón a la cual achacamos el hecho de que no viésemos ni un solo pájaro en todo el recorrido. Aprovecho para mencionar que la basura es un elemento muy presente en este paraíso estepario.


La cantidad de basura es mayor sobretodo en el Old Tagdilt Track y aumenta cuanto más nos acercamos a Boumalne Dades. Y es paradójicamente justo aquí, en un foso donde unos locales estaban prendiendo fuego a los deshechos, el lugar en el que finalmente aparecieron varias calandrias picogordas. ¡Ya era hora!


Calandrias picogordas (Rhamphocoris clotbey)

Con todos los objetivos cumplidos condujimos hasta Ouarzazate, donde dormiríamos aquella noche. En el hotel nos sirvieron té y un tajín de pollo con verduras para cenar, además de un postre casero que no llegamos a saber qué era pero que estaba delicioso... Precisamente de la comida no podemos quejarnos.


A la mañana siguiente los escribanos saharianos fueron de nuevo nuestro despertador personal. La noche anterior habíamos decidido que por cuestiones de tiempo al final no iríamos a Agadir para visitar el P.N. Souss-Massa (donde la idea era ver ibis eremita y chagra del Senegal), por lo que nos esperaba una jornada camino de Marrakech abierta a la improvisación.

Escribano sahariano (Emberiza sahari) y Gorrión común (Passer domesticus)

Decidimos aprovechar las primeras horas para buscar abejaruco persa (Merops persicus) en los alrededores de la ciudad, una especie supuestamente de las "fáciles" pero que desgraciadamente nos falló. Es por esas fechas cuando empezaban a llegar, y tal vez este factor influyese en que resultasen más impredecibles... además el embalse de Ouarzazate no es precisamente un lugar intuitivo, pero a pesar de ello vimos tarro canelo, cogujada magrebí (de reciente clasificación), águila pescadora, halcón tagarote y terreras saharianas. Abandonando Ouarzazate disfrutamos de nuevo de bulbules naranjeros y varias tórtolas senegalesas en un palmeral, donde además tuvimos un breve encuentro con un turdoide rojizo que a nuestro pesar se quedó sin foto.

Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Cogujada magrebí (Galerida macrorhyncha)

Embalse de Ouarzazate

Halcón tagarote (Falco pelegrinoides)

Tórtolas senegalesas (Spilopelia senegalensis)

El siguiente desvío lo tomamos en Amerzgane, visitando las cárcavas al oeste de dicha localidad. Éste supone uno de los pocos puntos en los que teníamos constancia de la presencia de collalba magrebí, antes considerada subespecie de la collalba núbica, la más rara de las collalbas del país.


Yo en busca de la Collalba magrebí...

Le dedicamos bastante tiempo a esta especie, conformándonos al principio con varios de los camachuelos trompeteros que merodeaban por la zona.

Camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus)

Ya parecía que nos íbamos a ir sin verla cuando escuchamos un pájaro cantando en una pared: ni más ni menos que el macho de la collalba magrebí. Más tarde bajó al suelo, poniéndose aún más a huevo mientras reclamaba la atención de la hembra, que también andaba por allí... ¡Otro objetivo cumplido!

Collalba magrebí (Oenanthe halophila)

Un agama puso la nota herpetológica...

Agama de Bribón (Agama impalearis)

Sólo nos quedaba cruzar el Alto Atlas para llegar a Marrakech. Durante este trayecto a través de puertos de montaña vimos más aves en migración hacia el norte, y no solo rapaces... también abejarucos y una carraca.


Carraca europea​ (Coracias garrulus)

Una vez en Marrakech observamos urracas de la subespecie mauretanica (que algunos autores ya comienzan a considerar como una especie en sí misma), un halcón tagarote y, desde la terraza del hotel, buena cantidad de vencejos moros volando en compañía de comunes al caer el sol.

Vencejos moros (Apus affinis)​

Por la noche no perdimos la oportunidad de visitar la ciudad, reconciliándonos con ella después de la experiencia casi traumática que supuso la conducción por sus calles. Un buen paseo y una cena consistente eran justo lo que necesitábamos para recargar pilas y rematar el día.

Torre de la Kutubía

Plaza de Yamaa el Fna

Zoco de la plaza principal

La próxima entrada será la última que dedique al viaje por Marruecos y estará dedicada a los dos únicos ambientes del país que todavía no habíamos pateado debidamente: la alta montaña del Atlas y la costa atlántica norte.

¡Hasta entonces espero que os haya gustado la crónica de hoy!



MARRUECOS 2018 (V/V): Alto Atlas, Bosque de la Mamora y regreso por la costa

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Esta vez madrugamos de lo lindo por dos razones principales: evitar el tráfico urbano de Marrakech y aprovechar las horas de menor afluencia de gente en la estación de esquí de Oukaimeden, el destino del día.


Durante la subida principal nos cruzamos con un colirrojo diademado. No veíamos uno desde nuestras andanzas por el Medio Atlas, lo que nos hizo tanta ilusión que paramos el coche y salimos para disfrutarlo como es debido. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que el abrigo nos iba a hacer mucha falta de nuevo.

Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri)

El entorno de Oukaimeden resultó ser un escenario capaz de enamorar a cualquier apasionado de la montaña. Las ganas de empezar a pajarear y también de realizar una ruta alpina en condiciones crecían por momentos... y más con la bienvenida que recibimos por parte de chovas piquigualdas y chovas piquirrojas.




Oukaimeden

Pero la especie alpina que más nos interesaba era el camachuelo alirrojo.
Por lo visto lo normal es que el hecho de encontrar un solo ejemplar ya conllevase un esfuerzo notable, pero nosotros debimos tener suerte y no dejamos de ver estos preciosos pájaros a lo largo de toda la senda que tomamos.

Camachuelos alirrojos (Rhodopechys alienus)

La otra especie típicamente de montaña que buscábamos era la alondra cornuda del Atlas. Ya la habíamos visto previamente en el Lago Aguelmane Sidi Ali, pero en esta ocasión pudimos observarlas mucho más a gusto sin viento ni precipitaciones incomodando. Por su parte, los abundantes colirrojos diademados nos deleitaron con su propio espectáculo de sonido y de color. 

Alondras cornudas del Atlas (Eremophila alpestris)

Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri)

Estas montañas también nos regalaron dos endemismos en forma de reptil y de mariposa: el geco diurno del Atlas y el cardenillo marroquí (respectivamente). Entre las florecillas seguro que también pudimos contar con algún endemismo botánico, pero las tenemos sin identificar aún...

Gecos diurnos del Atlas (Quedenfeldtia trachyblepharus)

Cardenillo marroquí (Tomares mauretanicus

Flores alpinas sin identificar...

Ascendimos hasta donde la nieve nos permitió, un collado de excelentes vistas, para después retomar el camino de vuelta al aparcamiento que por esas horas ya se había masificado de turistas. Y como bien es sabido en sitios como éste, donde hay gente y comida suele haber también chovas.


Foto de equipo

Oukaimeden

Chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus)

Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax

El resto del día nos lo pasamos conduciendo hasta Temara, donde habíamos reservado noche en un apartamento, pero antes hicimos la parada de rigor en un pinar próximo a Oukaimeden para comer el bocadillo, anotándonos carbonero garrapinos, pinzones de la subespecie africana y un busardo moro.

Busardo moro (Buteo rufinus)

Al día siguiente el madrugón fue aún mayor ya que con el primer rayo de sol queríamos estar en posición para optar a ver el francolín biespolado en una zona de monte mediterráneo varios kilómetros al sur de Temara. Para ello nos introdujimos a pié por una pista que a los 100 metros moría en un claro, lugar más que propicio en el que realizamos la espera. Al rato comenzamos a escuchar el estridente cacareo de un macho de francolín a poca distancia, y cada vez que sonaba lo hacía más cerca del borde del claro. Cuando finalmente decidió asomarse no tardó en vernos y salir volando, seguido poco después por un segundo ejemplar... ¡Nos costó asimilar que acabábamos de ver a una de las especies más complicadas, discretas y desconfiadas de todo Marruecos!


Francolín biespolado (Pternistis bicalcaratus

De allí nos retiramos a un eucaliptal cercano para tomarnos un desayuno improvisado con batidos y galletas. En la lejanía se seguían escuchando multitud de francolines, y mientras tanto nosotros observábamos herrerillos africanos y un pico picapinos de la subespecie mauritanicus.


Pico picapinos norteafricano (Dendrocopos major mauritanicus)

Herrerillo africano (Cyanistes teneriffae)

Aunque la mañana ya había avanzado un poco volvimos de nuevo al claro y antes de bajar del coche observamos algo caminando por la pista. De primeras pensamos que se trataba de una perdiz moruna, especie frecuente por la zona, pero al mirar mejor nos percatamos de que se trataba nuevamente de un francolín biespolado (una hembra a juzgar por la ausencia de espolones). La disfrutamos durante largo rato, pero al bajarnos del coche no tardó en ocultarse entre la vegetación. Y por si no nos hubiésemos quedado a gusto, el macho salió volando silenciosamente de un arbolillo cuando llegamos al claro.

Francolín biespolado (Pternistis bicalcaratus

La siguiente escala la hicimos en el Bosque de la Mamora, el alcornocal más grande del mundo y a su vez uno de los enclaves herpetológicos de referencia del país. Aquí cayeron eslizón costero, una docena de tortugas moras y varias lagartijas "colirrojas". También optábamos a ver bulán, Daboia y otras especialidades, pero tendremos que esperarnos a una próxima visita.

Bosque de la Mamora

Eslizón costero (Chalcides mionecton)

Tortugas moras (Testudo graeca)

Acanthodactylus "lineomaculatus"

Herrerillo africano (Cyanistes teneriffae)

Pinzón vulgar norteafricano (Fringilla coelebs africana)

El resto del día fue lo que peor nos montamos de todo el viaje con diferencia. Acudimos a la Merja Zerga en busca del amenazadísimo búho moro (Asio capensis), ya que éste supone uno de los dos únicos enclaves tanto de Marruecos como del norte de África en los que se reproduce. Por desgracia no logramos hacernos con el número de ningún guía local y el humedal, antaño glorioso, actualmente se encuentra machacado por todas partes. Es por ello que el búho tiene aquí sus días contados, y nosotros ante este cúmulo de infortunios no logramos ver nada. De habernos hecho idea de la magnitud de la situación de la Merja Zerga hubiésemos optado sin duda por el otro enclave, próximo a Kenitra, que es lo que os recomendamos a todos los que os planteéis este viaje.
Lo más productivo fue un paseo por la playa en el que observamos gaviotas de Audouin, charranes y cormoranes grandes de la subespecie maroccanus.

Moulay Bousselham

Gaviotas de Audouin (Ichthyaetus audouinii)

Bulbules naranjeros (Pycnonotus barbatus)

La última noche del viaje la pasamos en Larache, esperando que un recorrido por sus humedales durante la mañana siguiente resultase más gratificante...
¡Y vaya si lo fue! No me liaré mucho ya que este lugar se merecería una entrada propia, pero entre las especies observadas destacan las buscarlas unicolor, espátulas comunes, moritos, canasteras, cigüeñuelas comunes, una polluela sin identificar, garza imperial, águila pescadora, pagazas piconegras y patos colorados, entre otras... ¡Esto sí que es un humedal de verdad!

Larache

Buscarla unicolor (Locustella luscinioides)

Espátulas comunes (Platalea leucorodia)

Cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus)

Águila pescadora (Pandion haliaetus)

Pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica)

Morito común (Plegadis falcinellus)

Pero nuestras intenciones aquí iban más allá, pues todavía teníamos pendiente ver el avión paludícola y por suerte Larache es un paraíso para ellos. Al principio contábamos con verlos volando sobre la lámina de agua, pero no tardamos en percatarnos de que en ese momento estaban todos dando vueltas en torno a su colonia ubicada en unos taludes al lado opuesto de la carretera. Como estaban un poco lejos nos aproximamos sorprendiendo de paso a una pareja de perdices morunas, y por supuesto gozando con estas pequeñas golondrinas de pantano.


Perdiz moruna (Alectoris barbara) jugando al escondite...

Avión paludícola (Riparia paludicola)

Lamentándolo mucho aquí terminaba nuestro viaje, muy satisfechos por habernos anotado 38 de los 42 objetivos marroquíes que podríamos haber visto en función de las fechas y el circuito realizado, además de por la experiencia que supone desenvolverse en una cultura tan diferente a la propia como lo es ésta...
Y como todo llega a su fin, al mediodía devolvimos el coche en la agencia de Tánger y tomamos el ferry que nos devolvió a España.

Estrecho de Gibraltar

No podía terminar sin dar las gracias a mis amigos Alfonso Rodrigo, Nayib Hamdoun, Guillermo Rodríguez y Juanma Domínguez por su indispensable ayuda, sin la cual no podríamos haber realizado este viaje con el mismo éxito...
Tampoco perderé la oportunidad de hacer mención a los autores de los muchos trip reports y blogs de los que hemos obtenido el grueso de la información necesaria para diseñar el recorrido, y por el mismo motivo a los usuarios que comparten sus observaciones en la plataforma eBird.

¡Espero que os haya gustado! ¡Nos vemos!


Tesoros diurnos y nocturnos de la ciudad de León

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He tenido el blog muy parado estos últimos días, pero al fin lo retomo con material "calentito" llegado desde la misma capital leonesa.
Esta entrada no será más que un recopilatorio de la fauna urbana de León, separando claramente su faceta diurna de su más desconocida faceta nocturna.
Comenzaré saliéndome un poco a la periferia de la ciudad, concretamente al entorno de La Candamia, donde lo más interesante de estos días fueron una víbora de Seoane y un búho chico que vi en compañía de mi amigo Javier Dopico.

Mochuelo europeo (Athene noctua)

Pico picapinos (Dendrocopos major)

Lagarto ocelado (Timon lepidus)

Víbora de Seoane (Vipera seoanei)

Búho chico (Asio otus)

Ya de pleno en la ciudad son dos los enclaves que destacan por estas fechas. El primero es el Paseo del Parque, donde actualmente se localiza la única colonia de grajas de la ciudad, y que por fortuna me pilla al lado de casa...

Paseo del Parque

Grajas (Corvus frugilegus)

Este miércoles me llamó Cristian Osorio para que acudiese al puente de San Marcos, ya que acababa de localizar junto con Daniel Sanz un ejemplar de 2cy de gaviota cabecinegra. Un sitio cuanto menos atípico para ella, pero al llegar pude corroborar que así era, documentándolo gráficamente. Otro dato interesante de la observación es que estuvo todo el rato dando caza a insectos en pleno vuelo, empleando una técnica que perfectamente podría recordar a una gaviota enana. Ésta supone la 4ª cita histórica de la especie para la provincia.

Puente de San Marcos

Gaviota cabecinegra (Ichthyaetus melanocephalus) de 2cy

Y casualmente es el puente de San Marcos el otro lugar de interés al que hacía referencia antes, encontrándonos la mayor colonia de martinetes de todo León. Ya he hablado de ella más veces en este blog, de modo que para los lectores habituales no supondrá ninguna novedad...


Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis)

Martinetes comunes (Nycticorax nycticorax)

Cuando por fin cae la noche las preferencias cambian radicalmente, aunque cierto es que podemos seguir viendo a los martinetes patrullando el río (y con suerte alguna nutria o visón, independientemente de la "suerte" que suponga contar con visones americanos entre nosotros).

La Luna

Entre los murciélagos son cinco las especies que he podido anotarme en mis paseos nocturnos con el detector heterodino de ultrasonidos: Murciélago enano (Pipistrellus pipistrellus), Murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii), Murciélago de Cabrera (Pipistrellus pygmaeus), Murciélago hortelano (Eptesicus serotinus) y Murciélago rabudo (Tadarida teniotis).
En una de las ocasiones tuve la suerte de toparme de camino a casa con un ejemplar de la primera especie aferrado a la fachada de un edificio.

Murciélago enano (Pipistrellus pipistrellus)

El estanque artificial de un conocido paseo de la ciudad resultó ser un hervidero de vida la noche que lo visité, siendo en esta ocasión Sergio Suárez, Javier Pi y Jaime Sedano los componentes de la cuadrilla acompañante. La herpetofauna fue la que se llevó todo el protagonismo, encontrando incluso a los tritones jaspeados en pleno celo cuando las fechas habituales para ello aquí son en febrero.

Rana común (Pelophylax perezi)

Tritones jaspeados (Triturus marmoratus)

Gambusia (Gambusia holbrooki)

Culebra viperina (Natrix maura)

También nos cruzamos con este sapo partero, anfibio relativamente fácil de escuchar en las proximidades del río pero muy complicado de llegar a ver. 

Sapo partero común (Alytes obstetricans)

Pero todos éstos no dejan de ser entremeses de los que disfrutamos de manera colateral mientras buscábamos a los primeros autillos de la temporada. Noche tras noche he podido mejorar los resultados, siendo éstas las primeras imágenes de la especie que he conseguido tomar en León en mis cinco años de estancia.

Autillos europeos (Otus scops)

Autillos europeos (Otus scops), VÍDEO

Y nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!


Grulleros, Santas Martas y Bercianos

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Las últimas semanas de mayo en los humedales leoneses no destacaron por el paso prenupcial de aves, muy poco generoso esta temporada. La llegada de estivales por su parte ha sido tardía pero con la llegada de los alcaudones dorsirrojos ya podemos decir sin miedo que han llegado todas.

Avefría europea (Vanellus vanellus)

En las graveras de Grulleros unas de las más adelantadas han sido las avefrías, ya con pollos desde hacía tiempo.

Pollo de Avefría europea (Vanellus vanellus)

Entre las escasas migrantes merece la pena destacar a los archibebes (comunes y claros), zarapitos trinadores, chorlitos grises y a otros que no tuve el gusto de ver.

Archibebe claro (Tringa nebularia)

Zarapito trinador (Numenius phaeopus)

Volviendo la mirada a las reproductoras no hay mucho que decir.
Todo ha parecido retrasarse por culpa de la sequía y el mal tiempo que últimamente nos acompaña...

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), macho

Somormujos lavancos (Podiceps cristatus)

Abubilla europea (Upupa epops)

Collalba gris​ (Oenanthe oenanthe)

Alcaraván común (Burhinus oedicnemus)

Una de las especies que a nivel personal más me gustan es el críalo.
En Grulleros es regular año tras año, y la causa de ello no podía recaer en otro factor que no fuese el alimento: las orugas, su golosina preferida.

Críalos europeos (Clamator glandarius)​

Críalo europeo (Clamator glandarius)​ con oruga de Chondrostega vandalicia

En este caso son las orugas de Chondrostega vandalicia las responsables de tal fidelidad de los críalos por la zona, ya que por estas fechas aparecen en masa en los campos circundantes de las graveras. ¡Resulta imposible no toparse con ellas!

Orugas de Chondrostega vandalicia

Otras que también gustan de este enclave son las orquídeas...

Anacamptis papilionacea

Orchis champagneuxii

En la comarca de Los Oteros los cernícalos primilla vuelven a criar un año más...

Cernícalos primillas (Falco naumanni)

En las graveras de Santas Martas más de lo mismo. Tal vez más animadas que Grulleros esta temporada pero con menor variedad de especies... aunque siempre hay algún carricero tordal dispuesto a dar espectáculo.

Gravera de Santas Martas

Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus)

Así como el año pasado fue muy malo para aguiluchos, éste aparentemente parece ser todo lo contrario, habiendo podido disfrutar hasta el momento de varias parejas tanto de pálido como de cenizo.

Aguilucho pálido​ (Circus cyaneus), macho

Aguilucho cenizo (Circus pygargus), pareja

Mi última salida tuvo lugar junto con Jose Alberto Fernández y Geraoid Mac Lochlainn en la laguna de Bercianos, único enclave de reproducción de garza imperial y avetoro en León. Sólo tuvimos suerte con la primera especie, contabilizando numerosos ejemplares.

Laguna de Bercianos


Garza imperial (Ardea purpurea)​

Y nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!


"Migajas" leonesas

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Esta entrada marca el final de una etapa. Después de 5 años mis días por León ya terminaron, aunque para bien o para mal todavía seguiré atado a la ciudad una temporada. De cualquier modo ya no será como ciudadano leonés, por lo que me ha parecido buena idea hacer un pequeño recopilatorio con fotos hechas en la provincia que nunca llegué a publicar.

Ninfa de los arroyos (Limenitis reducta) fotografiada en Gradefes, León

El rebollar de Villadangos del páramo bien se merece una mención.
Fue Jose Alberto Fernández quién me descubrió este enclave por primera vez, y guardo muy buen recuerdo de todas las especies vistas aquel día: oropéndola, tórtola europea, mosquiteros papialbos, zarceros, abejarucos... y muy buenos números de escribano hortelano. No lejos de allí un nido de golondrina dáurica, tal vez uno de los más próximos a la capital.

Rebollar de Villadangos

Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)

Escribanos hortelanos (Emberiza hortulana)

Golondrina dáurica (Cecropis daurica)

Ahora me remontaré a febrero de 2016, concretamente a la ascensión del pico Cerroso (1838m), donde unos amigos y yo nos cruzamos con un generoso grupo de gorriones alpinos. No llegamos a hacer cima pero disfrutamos de lo lindo.

Estribaciones del pico Cerroso

Gorriones alpinos (Montifringilla nivalis)

Este invierno lo que se dejó ver fue éste águila real.

Águila real (Aquila chrysaetos)

Los autillos de la ciudad de León no se han portado nada mal esta primavera...

Autillo europeo (Otus scops)

Y ahora ya doy paso a lo que oficialmente fue mi última salida leonesa. Fue de nuevo en compañía de Jose Alberto, y el lugar escogido fueron las Hoces de Valdeteja. No solo coincidimos con este enorme sapo común, sino que también con el brevísimo momento del año en el que los plecópteros de la especie Dinocras cephalotes abandonan su vida acuática y echan a volar en masa para buscar pareja y reproducirse. Estaba literalmente plagado de ellos.

Sapo común (Bufo spinosus)

Plecóptero (Dinocras cephalotes)

Los lepidópteros tuvieron bastante protagonismo, siendo una Antíopa (Nymphalis antiopa) la reina del día, seguida bien de cerca por imagos, orugas y crisálidas de diferentes especies. El colofón final, por su parte, corrió a cargo de dos preciosas hembras de lagarto verdinegro (no fáciles de encontrar en la cantábrica).

Oruga de Aglaope infausta

Oruga de Ortiguera (Aglais urticae)

Crisálida de Blanca del majuelo (Aporia crataegi)

Blanca del majuelo (Aporia crataegi), depositando la puesta

Lagartos verdinegros (Lacerta schreiberi), hembras

Y nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!



Mariposas por Pozazal y pájaros por Aguilar

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El amanecer del pasado día 16 supuso el pistoletazo de salida para las escapadas veraniegas, y tras una comida de compromiso en Aguilar de Campóo decidí aprovechar lo que quedase de tarde para darle al bicheo. Por la cercanía me pareció apropiada una visita al puerto de Pozazal, en la frontera cántabra.

Puerto de Pozazal

Mis objetivos aquí no eran las aves, aunque reconozco que la observación de dos parejas de curruca tomillera no estuvo nada mal para tratarse de Cantabria.

Curruca zarcera (Sylvia communis)

Acentor común (Prunella modularis)

Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), macho

Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), hembra

Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), macho

Lo que venía buscando eran mariposas, pues este enclave recoge un repertorio de lo más variopinto. Entre ellas se encuentran dos grandes migradoras, siendo éstas la Vanesa de los cardos (una de las campeonas) y también la Autographa gamma, siendo el paso migratorio de la última muy intenso estos días.

Blancas del majuelo (Aporia crataegi)

Niña coridón (Polyommatus coridon)

Doncella punteada (Melitaea cinxia)

Doncella tímida (Melitaea didyma)

Mecyna lutealis

Vanesa de los cardos (Vanessa cardui)

Plusia (Autographa gamma)

Gracias a Juan Pardo sabía que un poco más lejos podría dar con una de las poquísimas poblaciones de Mariposa arlequín (Zerynthia rumina) de toda Cantabria. Para verlas volar llegaba ya una semana tarde, pero por suerte tras mucho rebuscar entre su planta nutricia fui capaz de encontrar una de sus orugas.

Oruga de Mariposa arlequín​ (Zerynthia rumina)

Satisfecho volví a Aguilar, y más concretamente a la localidad de Valdegama. Las aves rupícolas, y en especial los alimoches, fueron las grandes protagonistas.

Valdegama

Alimoche (Neophron percnopterus)

 Philaeus chrysops

La siguente de las paradas hechas a contrarreloj fue en Olleros. Camachuelos, abejarucos, escribanos cerillos, otro alimoche, alcaudón dorsirrojo... Lo típico.

Olleros de Pisuerga

Camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula)

Abejaruco europeo (Merops apiaster)

Zarcero común (Hippolais polyglotta) atropellado

Cuando llegué a Grijera la temperatura ya había bajado bastante y además se había levantado algo de viento. Será por ésto que las tarabillas norteñas se resistieron, pero en su lugar los mochuelos se portaron de lujo.

Alondra común (Alauda arvensis)

Mochuelo europeo (Athene noctua)

El recorrido terminó en Corvio, donde había quedado con la familia, y fue aquí donde me dí la última vuelta aprovechando los últimos rayos de sol.

Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Bisbita campestre (Anthus campestris)

Gorriones chillones (Petronia petronia)

No habrá sido un día de la leche, pero después de tantísimo tiempo pegado a un escritorio sí que me lo pareció con creces. ¡Ahora a por el resto del verano!

Gracias por seguir el blog...


El cortejo del Autillo europeo (VÍDEO)

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Este año la reproducción del autillo se ha retrasado ligeramente y gracias a ello he conseguido regresar a Santander a tiempo para grabar las tomas con las que he preparado el siguiente vídeo recopilatorio. En él se reflejan ordenadas todas las pautas del cortejo de estas aves, incluyendo las llamadas del macho, la entrega de ofrendas a la hembra, una cópula y la presentación del nido a la hembra.

No hay música, sólo el sonido de la noche... ¡así que espero que lo disfrutéis! 





Matinal por el Valdecebollas

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El pasado día 24 me acerqué con Alba Cano a la localidad de Brañosera, desde donde subimos al pico Valdecebollas para después recorrer sus alrededores.

Subida desde El Golobar

Los acentores comunes, escribanos cerillos y alcaudones dorsirrojos fueron los primeros en recibirnos en esta calurosa mañana.

Acentores comunes (Prunella modularis)

Escribano cerillo (Emberiza citrinella)

A media altura nos encontramos con Jesús García Ubierna, quien llevaba toda la mañana buscando pechiazules sin éxito. Alba siguió subiendo y yo mientras tanto dediqué un rato para ayudar a Jesús con esta especie. Finalmente el empeño nos recompensó con un bonito macho.

Ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica)

Tras despedirme de Jesús me reuní con Alba en el collado, y ya juntos recorrimos la cresta que nos condujo hasta la cima del Valdecebollas.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Cima del pico Valdecebollas (2139 msnm)

Satisfechos decidimos dar una vuelta para visitar unas antiguas trincheras de la guerra civil que otro montañero nos dijo que nos pillaban cerca, no perdiendo detalle de cualquier animal que se nos cruzase, tanto aves como insectos.

Pico Curavacas (2520 msnm)

Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y piquigualdas (Pyrrhocorax graculus)

Buitre leonado (Gyps fulvus)

Orugas de Malacosoma castrensis

Libelloides coccajus

¿Cicindela hybrida?

Al mediodía el calor ya se hizo insoportable y buscamos una zona de sombra en la cara norte del pico para comer el bocadillo. Durante la sobremesa contamos con la inmejorable compañía de este machazo de roquero rojo.

Bisbita alpino (Anthus spinoletta) y Roquero rojo (Monticola saxatilis)

Roquero rojo (Monticola saxatilis)

Y ya de vuelta, este águila culebrera haciendo honor a su nombre...

Culebrera europea (Circaetus gallicus)

Peña Labra, Pico Tresmares y El Cuchillón

Nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!



Completísimo día en Alto Campóo

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El pasado fin de semana madrugué para acercarme junto con Juan y Gonzalo Pardo a Alto Campóo con varios objetivos en mente. Antes de nada hicimos una parada rápida por si sonaba la flauta y veíamos lobo, cosa que no sucedió, pero a cambio nos llevamos un buen puñado de currucas mosquiteras muy enceladas. Conseguirlas fotografiar fue sin embargo una labor mucho más complicada...


Curruca mosquitera​ (Sylvia borin)

Retomamos el camino hacia la parte más alta de la estación de Brañavieja, no sin antes cruzarnos con esta enorme oruga de Arctia caja.

Oruga de Arctia caja

Una vez arriba el gorrión alpino se nos resistió, pero el Iberodorcadion albicans (otro de nuestros objetivos) nos concedió varios encuentros. El grupo de los Iberodorcadion levanta mucha afición entre los entomólogos, y el albicans en concreto es endémico de este sector de la Cordillera Cantábrica.


Iberodorcadion albicans

Con el resto de aves alpinas no nos podemos quejar, y en especial con los bisbitas alpinos y acentores alpinos, siempre tan agradecidos...

Collalba gris​ (Oenanthe oenanthe)

Acentores alpinos (Prunella collaris)

Bisbitas alpinos (Anthus spinoletta)

Siguiendo por la cresta que conduce al pico Tres Mares (2175 msnm) tuvimos un agradable encuentro con un macho de roquero rojo y también con varios de nuestros pocos mirlos capiblancos reproductores.


Roquero rojo (Monticola saxatilis), macho

Mirlos capiblancos (Turdus torquatus alpestris)

Entre los mamíferos no faltaron ni rebecos cantábricos ni tampoco ciervos, algunas de las hembras ya con las crías del año siguiéndoles de cerca.

Rebecos cantábricos (Rupicapra pyrenaica parva)

Ciervos rojos (Cervus elaphus)

En el Tres Mares volaban varios buitres leonados y entre ellos un joven buitre negro, especie citada cada vez más frecuentemente en Cantabria.

Buitre leonado (Gyps fulvus)

Buitre negro (Aegypius monachus)

Para comer el bocadillo descendimos un poco en altura, deleitándonos mientras tanto con un repertorio de anfibios que incluyó rana bermeja, tritón alpino, tritón palmeado y sapo común. Una Erebia palarica, otro de nuestros endemismos entomológicos, tampoco perdió la oportunidad de unirse a la fiesta.

Rana bermeja (Rana temporaria)

Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris)

Sapo común (Bufo spinosus)

Erebia cantábrica (Erebia palarica)

Una vez satisfechos tanto en estómago como en avistamientos decidimos poner punto y final a las cumbres para recorrer uno de los tantos fondos de valle.
La idea era la de buscar mariposas siguiendo las saucedas de la orilla del río, pero para llegar hasta él nos tocó cruzar mucho monte a través, aunque sólo por la observación de dos culebras lisas europeas ya mereció la pena.

Culebra lisa europea (Coronella austriaca)

Recorriendo a duras penas la ribera nos topamos con una turbera encharcada en la que crecía mucha bistorta (Polygonum bistorta). Ésta es la planta nutricia a la que se encuentra ligada la escasísima mariposa Boloria eunomia o Perlada de los pantanos, de modo que... ¿por qué no echar un vistazo?

Turbera con Bistorta (Polygonum bistorta)

¡Y en efecto el sitio estaba monopolizado por dicha mariposa! ¡Todo un inesperado y satisfactorio golpe de suerte! En Cantabria su presencia es tan anecdótica como en cualquier otra parte y esta nueva población (al menos con los datos que manejamos) supondría la segunda conocida para la región, sumándose a las poquísimas de todo nuestro país.
Además ésta es con mucha diferencia mayor que la otra población que previamente conocíamos, y por otro lado su remota localización y su inaccesibilidad protegen a los prados de Polygonum bistorta de las siegas y demás amenazas antrópicas que sufren en otros de sus emplazamientos.

Perlada de los pantanos (Boloria eunomia)

Por supuesto un lugar tan idílico como éste tenía asociadas un montón de otras especies de mariposas, algunas bastantes interesantes. Aquí os muestro tan sólo una pequeña muestra de ello, ya que el tiempo cambió amenazando tormenta y tuvimos que abandonar la zona antes de que nos alcanzase la lluvia...

Falsa limbada (Polyommatus semiargus)

Ajedrezada (Pyrgus sp.)

Doncella punteada (Melitaea cinxia)

Perlada castaña (Boloria selene) -- Posible híbrido con Boloria euphrosyne

Esfinge menor de la vid (Deilephila porcellus)

La lagartija de turbera fue una de las encargadas de despedirnos...

Lagartija de turbera (Zootoca vivipara)

Hicimos tiempo en un bar de la zona hasta que dejó de llover, y cuando empezó a ponerse el Sol nos dirigimos al puerto de Palombera para intentar ver algo de "pelo" con las últimas luces, dándonos por contentos con unas ciervas.

Puerto de Palombera

Ya de noche comenzó a llover de nuevo y durante el trayecto de vuelta a casa nos cruzamos con un gran número de sapos comunes e incluso un par de salamandras.

Salamandra común (Salamandra salamandra)

Así es como dimos por concluido este pedazo de día...
¡Espero que os haya gustado!


Murciélagos ribereños en Aguilar

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Hace unos días tuve que acercarme a Aguilar de Campóo y aproveché para echarle un ojo a una colonia de murciélagos que Juan Aguado había descubierto pocos días antes en uno de los puentes de la villa galletera.

Murciélagos ribereños (Myotis daubentonii)

Daba por hecho que serían murciélagos comunes (Pipistrellus pipistrellus) o en su defecto murciélagos de Cabrera (Pipistrellus pygmaeus), pero después de sacar varias fotos y gracias a la identificación de Pedro Alonso pude comprobar que se trataba de murciélagos ribereños... ¡Una colonia de no menos de 30 ejemplares!

Murciélagos ribereños (Myotis daubentonii)

Como dato curioso, desde que llegué hasta que abandoné el lugar, uno de ellos estuvo haciendo honor a su nombre cazando insectos sobre el río Pisuerga a plena luz del día... Podréis verlo perfectamente en el vídeo.

Murciélago ribereño (Myotis daubentonii), cazando a plena luz

¡Y nada más que contar! Para terminar dejaré estos dos nidos de golondrina dáurica localizados en otro puente cercano a Aguilar... Resulta sorprendente lo rápido que están colonizando la comarca.

Nidos de Golondrina dáurica (Cecropis daurica)

Gracias por visitar el blog.



Mariposas nocturnas en La Valdavia

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Hace un par de semanas Juan Pardo, Gonzalo Pardo y un servidor nos desplazamos hasta Villaeles de Valdavia, en Palencia, donde nos esperaba nuestro buen amigo Luis Herrero con la idea de disfrutar de las mariposas nocturnas de su pueblo.
Íbamos a lo que cayese a la luz, aunque nuestra mayor motivación la encarnaba la fabulosa Esfinge ocelada (Smerinthus ocellata).


Por desgracia esa noche se desató una buena tormenta y no duramos mucho, pero hasta que la lluvia y los rayos no nos obligaron a desistir, la bombilla de vapor de mercurio ejerció su magia y nos regaló la observación de varias especies.

Craniophora ligustri

Mythimna ferrago

Oria musculosa

Una de las protagonistas fue Pterostoma palpina, un notodóntido que simula el aspecto de una rama astillada... Por otro lado los geométridos no suelen destacar por llamativos, aunque en esta ocasión pudimos contar con dos de sus representantes más bellos, Ourapterix sambucariaOpistograptis luteola.

Pterostoma palpina

Ourapterix sambucaria

Opistograptis luteola

Como ya dije la "fiesta" terminó pronto y no dio tiempo a que llegasen las esfinges, y esta hembra de Malacosoma castrensis se posicionó como candidata al podio de las más bonitas de la noche.

Malacosoma castrensis

Cuando el chaparrón se hizo más intenso decidimos poner punto y final a la jornada y acercarnos al bar del pueblo para tomar algo. Sin embargo resulta que la bombilla de la terraza también era de vapor de mercurio, de las de antes, e incluso allí seguían llegando polillas a pesar de las inclemencias meteorológicas...
Por cantidad destacaron las procesionarias del pino (decenas, tal vez cientas de ellas), además de la esfinge meridional del pino.

Dyspessa ulula

Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa)

Esfinge meridional del pino (Sphinx maurorum)

De camino a casa de Luis paramos a mirar unas orugas de Paidia rica que tal y como él nos contó se pasan toda la noche en la misma pared.
Los hábitos de estas orugas son muy interesantes, ya que basan su alimentación en microalgas y líquenes, y no en plantas como las demás.

Oruga de Paidia rica

Tampoco faltaron escarabajos rinoceronte (muy abundantes) ni alguna que otra rana, además del lejano canto de un macho de autillo.

Escarabajo rinoceronte europeo (Oryctes nasicornis), hembra

Rana común (Pelophylax perezi)

A la mañana siguiente buscamos indicios de Sesia apiformis en los chopos y recorrimos las saucedas del río Valdavia que no en vano hacen a esta zona tan propicia para la esfinge ocelada. Mientras tanto, a medida que amanecía, las mariposas diurnas más madrugadoras comenzaban a desperezarse...


Medioluto ibérica (Melanargia lachesis)

Rey moro (Kanetisa circe)

Moradilla del fresno (Laeosopis roboris)

Doncella modesta (Melitaea trivia)

Son muchas las mariposas nocturnas cuyas orugas podrían considerarse grandes amantes de los sauces, y entre todas ellas destaca la de Cerura iberica, una de las orugas más extravagantes de nuestra fauna.
Nosotros encontramos dos ejemplares, uno muy grande a pocos días de pupar y otro bastante más pequeño pero con la última de sus mudas ya realizada.

Cerura iberica

Cerura iberica

Algún que otro libeloide pululaba por los alrededores...

Libelloides longicornis

En el jardín de Luis las abejas cortadoras de hojas hacías de las suyas...

Abeja cortadora de hojas (Megachile sp.)

Una vez satisfechos nos despedimos de Luis, muy agradecidos por habernos dado techo y con la promesa de volver a visitar Villaeles las veces que hagan falta.

Verdecillo común (Serinus serinus)

Golondrina común (Hirundo rustica)

Volantones de Lavandera blanca (Motacilla alba)

De vuelta por Cantabria hicimos un par de paradas extra que concluyeron por un lado con una oruga de Thecla betulae o Topacio, una mariposa tan bonita como escasa, aunque bien distribuida. Y por otro lado un caracol de Quimper, especie única en su género y endémica de la Bretaña francesa y la cornisa Cantábrica.

Oruga de Topacio (Thecla betulae)

Caracol de Quimper (Elona quimperiana)

Nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!


Por Ávila (I): Escala en Valladolid y subida a La Paramera

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Hace ya algo más de dos semanas que Nayib nos invitó a Javier Hernández, Fernando Casado y a un servidor a sus dominios abulenses. Partimos todos juntos desde Burgos, pero de camino a Ávila hicimos una pertinente parada en los extensos pinares de Valladolid y así optar a ver halcón de Eleonora.

Tierra de Pinares

La primera sorpresa del viaje apareció nada mas bajar los pies del coche: un duende o Nemoptera bipennis, que después resultaría ser muy abundante.

Duende (Nemoptera bipennis)

Los halcones se hicieron de rogar pero al final logramos dar con dos ejemplares cazando escarabajos con las últimas luces, uno de morfo claro y otro más oscuro. Las fotos no hacen justicia a la observación...


Halcones de Eleonora​ (Falco eleonorae)


A la estampa de los eleonoras se le unió la de este águila imperial ibérica.

Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)

A la mañana siguiente ya empezó el pajareo más exigente y el escenario elegido para estrenarnos en la provincia fue la sierra de La Paramera, uno de los parajes mejor pateados y conocidos por Nayib.


Dejamos el coche en el pueblo de Navandrinal y comenzamos a subir a pié.
Collalbas rubias, roqueros solitarios y águilas calzadas fueron algunas de las especies en darnos la bienvenida mientras alcanzábamos la zona de piornales.

Collalba rubia (Oenanthe hispanica), macho

Collalba rubia (Oenanthe hispanica), hembra

Roquero solitario (Monticola solitarius), macho

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

Una vez arriba las currucas tomilleras se llevaron gran parte del protagonismo junto con pechiazules de diferentes edades y algún que otro escribano hortelano.

La Paramera

Cigarra (Cicada sp.)

Curruca tomillera (Sylvia conspicillata), hembra

Pechiazul (Luscinia svecica), inmaduro

Pechiazul (Luscinia svecica), macho adulto

Escribano hortelano (Emberiza hortulana), macho

Uno de los mejores momentos de todo el día llegó de la mano de una numerosa familia de roqueros rojos.

Roquero rojo (Monticola saxatilis), macho adulto

Roquero rojo (Monticola saxatilis), inmaduro

También vimos un amplio repertorio de especies más típicas que van desde la cogujada montesina hasta el buitre negro, y que podéis ver de forma más detallada en nuestro correspondiente listado de eBird (pinchar "aquí").
A todo ésto se le suman un par de observaciones de lagarto verdinegro.

Cogujada montesina (Galerida theklae)

Bisbita campestre (Anthus campestris)

Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), hembra

Las collalbas negras fueron el premio gordo de la jornada y sin embargo no se dejaron ver a placer hasta que ya casi habíamos regresado a Navandrinal, aunque ya en la subida observamos un par de ellas muy lejanas.

Collalbas negras (Oenanthe leucura)

Para rematar el día nos acercamos a la laguna de los Navazos, que desde hace algún tiempo cuenta con un macho de focha moruna. Se le ha visto más de una vez montando a fochas comunes, razón por la que se sabe que es macho, y fue precisamente este comportamiento el que nos ayudó a encontrarla.

Laguna de los Navazos

Focha moruna (Fulica cristata), macho

¡Nada más que contar por hoy!
La segunda parte incluirá una visita a Gredos y también aves esteparias, pero hasta entonces espero que os haya gustado esta entrada...




Por Ávila (II): La Mira (2343m) y Campo Azálvaro

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Retomo la crónica de nuestra singladura abulense, y lo hago con con estas ortegas que Nayib nos llevó a ver no lejos de la propia ciudad de Ávila.

Gangas ortegas (Pterocles orientalis)

A ellas se les unió este águila imperial y un mochuelo bien simpático. Sin duda una estupenda manera de rematar un ya de por sí fructífero atardecer...

Águila imperial ibérica (Aquila adalberti)

Mochuelo europeo (Athene noctua)

El día siguiente estuvo dedicado a la ascensión de La Mira (2343 msnm), una de las tantas cimas de la parte menos conocida de Gredos.


Los canchales supusieron el grueso de la subida, y en ellos encontramos tanto cabras montesas (por supuesto) como mariposas y aves típicas de la zona.
Además conseguí dar con un pequeño ejemplar del endemismo botánico conocido como "boca de dragón de Gredos" (Antirrhinum grosii), pero me pilló en una mala trepada con la cámara guardada...

Cabras montesas (Capra pyrenaica)

Oruga de Lasiocampa quercus

Acentor común (Prunella modularis)

Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)




Las lagartijas carpetanas fueron relativamente comunes a lo largo de todo el recorrido, pero justo en la cima fue donde pudimos ver el mayor número de ejemplares a placer. ¡No podía haber un mejor lugar para comer el bocadillo!


Lagartijas carpetanas (Iberolacerta cyreni)


Esta cumbre resultó ser un oteadero sorprendentemente bueno para la observación de rapaces. Buitres leonados, buitres negros y...

Buitre negro (Aegypius monachus)

... ¡Quebrantahuesos! ¡Y muy cerca a demás! Ni más ni menos que un inmaduro sin marcas alares pero con una antena que delataba el dispositivo GPS que portaba a sus espaldas. Sin duda el momentazo del día.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Durante la bajada fue otro tipo de fauna la que se cobró el protagonismo...

Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi)

Duende (Nemoptera bipennis)

Asílidos (Fam. Asilidae)

Laurel (Brenthis daphne)

Con la caída de la tarde nos acercamos al embalse de Rosarioto, donde ya de noche buscaríamos chotacabras cuellirrojos sin éxito. Al menos previamente pudimos paliarlo con gorriones morunos y algunas oropéndolas.

Gorriones morunos (Passer hispaniolensis)

Oropéndola (Oriolus oriolus), macho

A lo largo de la mañana siguiente tuvo lugar la última de nuestras salidas por Ávila, la cual nos permitió conocer ni más ni menos que el Campo Azálvaro.


Triguero (Miliaria calandra)

Bisbita campestre (Anthus campestris)

Alcaudón común (Lanius senator), inmaduro

Eran dos los objetivos principales en este enclave: el sisón común y la curruca mirlona. Por suerte para nosotros cumplimos satisfactoriamente con ambos.

Sisones comunes (Tetrax tetrax)

Curruca mirlona (Sylvia hortensis)

Ya por último una mariposa nocturna que siempre da gusto ver, un cernícalo primilla de la colonia que Nayib descubrió criando entre las piedras de una tapia y finalmente una sensacional observación de terrera común.

Tyria jacobaeae

Cernícalo primilla (Falco naumanni)

Terrera común (Calandrella brachydactyla)

Y hasta aquí todo lo que había que contar...
¡Espero que os haya gustado!

Pajareo alpino en Fuente Dé

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Ya de vuelta en Cantabria (aún en compañía de Nayib y Javier) madrugamos para estar a primera hora en Fuente Dé y así montar en el teleférico que nos introduciría en pleno Macizo Oriental de los Picos de Europa.


Comenzamos a inspeccionar los canchales y los prados alpinos más próximos a la estación superior, lo que además de chovas piquigualdas nos brindó las primeras y poco satisfactorias observaciones de gorrión alpino y treparriscos.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe), macho

Chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus)


Llegando a La Vueltona hicimos una parada para comer unos frutos secos. Fue entonces cuando entró en escena un joven quebrantahuesos sobrevolando Peña Olvidada. Además estaba marcado con un panel amarillo en cada ala, por lo que sabemos que se trata de "Centenaria", una hembra de dos años de edad. Esperemos que aguante por aquí y en el futuro nos deje descendencia para Cantabria... aunque no sea un sentimiento compartido por las chovas de la zona, que le acosaron en todo momento.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), inmaduro

Tras observar un joven acentor alpino en La Vueltona nos desviamos hacia la izquierda y tomamos rumbo dirección a Cabaña Verónica.
Fue en este recorrido donde aprovechamos para comer el bocadillo, y mientras tanto las chovas piquigualdas no perdieron la oportunidad de acercarse para mendigarnos o robarnos algo de comida que llevarse al pico... aunque un poco les acabamos regalando nosotros, no sin unas fotos a cambio.


Chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus)

Como era de esperar los treparriscos fueron los que más juego dieron. Encontramos varios ejemplares a lo largo del día, capturando insectos y arañas entre los grandes bloques calizos de los canchales y en las grietas de los impresionantes paredones de la zona.

Treparriscos (Tichodroma muraria)


Treparriscos (Tichodroma muraria), VÍDEO

Ésta gran polilla, Noctua pronuba, bien podría ser una de sus presas habituales...

Noctua pronuba

El día cambió y empezó a echarse la niebla, de modo que no nos quedó más remedio que emprender el camino de vuelta. Ello no implicó que estuviese menos entretenido que la ida, ya que nos topamos con un grupo familiar de gorriones alpinos que disfrutamos a placer.


Gorrión alpino (Montifringilla nivalis), hembra

Gorrión alpino (Montifringilla nivalis), macho

Gorrión alpino (Montifringilla nivalis), hembra

Gorriones alpinos (Montifringilla nivalis), pollos volantones

Gorriones alpinos (Montifringilla nivalis), hembra cebando a un volantón

Gorriones alpinos (Montifringilla nivalis), macho y pollo volantón

Gorrión alpino (Montifringilla nivalis), macho

La niebla nos acabó alcanzando, pero una vez encaminados en el sendero principal no había mayor problema. Ya de regreso en la estación, justo antes de montar en el teleférico, un acentor alpino apareció para decirnos adiós. 


Acentor alpino (Prunella collaris)

Y así es como descendimos de nuevo a "tierras bajas", satisfechos y con muy buen sabor de boca. ¡Sólo nos faltaron unos rebecos para rematar!


Nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!


Seguimiento de una pareja de Mirlos capiblancos cantábricos

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Las numerosas salidas de este verano por la Cordillera Cantábrica me han llevado a encontrar varios mirlos capiblancos reproductores, especie de la que se estiman poco más de un centenar de parejas en todo este gran sistema montañoso.
La inmensa mayoría de los datos reproductivos confirmados en la Cantábrica corresponden a observaciones de adultos con ceba o de pollos ya volados, siendo extremadamente complicado dar con un nido de estas aves, especialmente por su escasez y sus recónditos emplazamientos (escobas, brezos, repisas rocosas, etc).

Mirlo capiblanco (Turdus torquatus alpestris), macho con ceba

Sin embargo no hace mucho Juan Pardo, Gonzalo Pardo y un servidor logramos dar con una hembra incubando y desde entonces decidimos aprovechar la oportunidad para realizar un minucioso seguimiento de esta pareja hasta el final de su crianza.
El siguiente vídeo pertenece exactamente al día en que nacieron los polluelos. La hembra aún permanecía echada sobre ellos y de vez en cuando los alimentaba con gran delicadeza. Dada la naturaleza extremadamente desconfiada de estos pájaros nos mantuvimos siempre bien escondidos y a mucha distancia (40-50m).


Mirlo capiblanco (Turdus torquatus alpestris), hembra en el nido

A lo largo de los días los cuatro pollos (el número habitual) fueron creciendo y solicitando cada vez más alimento, lombrices en su gran mayoría.
He preparado un pequeño recopilatorio con varias cebas llevadas a cabo tanto por la hembra como por el macho. Ha perdido algo de calidad al realizar el montaje, de modo que si lo visualizáis a máxima definición (1080p) mucho mejor.

Mirlos capiblancos (Turdus torquatus alpestris), cebando a los pollos

Finalmente, justo 14 días después de la eclosión de los huevos, los pequeños volantones dieron el salto y abandonaron el nido.
Entonces dar con ellos pasó a convertirse en toda una odisea, aunque dio pié para observar conductas muy interesantes como las que desarrollaré a continuación.

Mirlo capiblanco (Turdus torquatus alpestris), pollo volantón

En primer lugar el reparto del trabajo, ya que los dos volantones que conseguí localizar fueron cebados en todo momento por el macho, mientras que en la lejanía podía distinguirse a la hembra ocupada con los otros dos. Éstos permanecían ocultos en el margen de un parche de matorral mientras el padre realizaba incursiones a un prado encharcado en busca de presas, algunas tan curiosas como una enorme libélula de la especie Cordulegaster boltonii e incluso una lagartija de turbera, aunque lo habitual eran lombrices y saltamontes...
De todas formas el ataque combinado de macho y hembra contra un cernícalo que sobrevolaba la zona fue con diferencia lo más espectacular.

Mirlo capiblanco (Turdus torquatus alpestris), macho adulto

Estos dos últimos vídeos con los que remataré la entrada muestran simplemente las primeras aventuras del más pedigüeño de los jovenzuelos fuera de la seguridad del matorral, persiguiendo a su progenitor mientras éste se dedicaba en cuerpo y alma a capturar insectos con los que intentar satisfacerle.

Mirlo capiblanco (Turdus torquatus alpestris), cebando a un volantón

Y hasta aquí todo lo que había que contar...
¡Gracias por seguir el blog!


Los más inadvertidos de Aguilar

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Retomo la actividad del blog con otra entrada de Aguilar de Campóo, pero en esta ocasión el protagonismo recaerá sobre un amplio y variado repertorio de animales que a penas se dejan ver en el transcurso de mis salidas bicheras por la zona.

Sesia apiformis

El primero de ellos es Sesia apiformis, un enorme y espectacular sésido del tamaño de un avispón. A pesar de su perfecto engaño nos encontramos frente a una mariposa nocturna de vuelo diurno, cuyas orugas son además xilófagas, lo que le hace aún más peculiar... Éstas atacan las raíces y la parte baja de los chopos, considerándose plaga de las plantaciones de dichos árboles, aunque lograr ver un adulto ya es otro cantar...

Sesia apiformis

Orificios de salida de las orugas de Sesia apiformis

Algo que caracteriza a este rocoso territorio del norte de Palencia es la enorme abundancia de plantas suculentas de la familia Crassulaceae, tales como Sedum o Sempervivum, que se incluyen entre las plantas nutricias de la emblemática Parnassius apollo. Obviamente hablamos de una mariposa alpina con más requerimientos ecológicos que el alimento durante su fase larvaria, pero hay ciertos puntos dentro del municipio de Aguilar donde éstos parecen darse permitiendo el establecimiento de estos majestuosos lepidópteros.

Sedum sp.

Apolo (Parnassius apollo)

Si antes hablaba de una mariposa que parecía una avispa ahora lo haré de una avispa que parece una hormiga: la hormiga de terciopelo.
Para quienes no la conozcan se trata de un insecto de lo más interesante y temible, pues las hembras de estas avispas carecen de alas (de ahí el nombre) y son muy famosas por poseer la picadura más dolorosa de todos los insectos de Europa, llegando al punto de serlo también de las más dolorosas del mundo (sólo por detrás de la mismísima hormiga bala y otras pocas especies). Para ello se vale de un aguijón tan largo como su propio abdomen que sólo muestra cuando va a darle uso, y del cual os muestro una foto conseguida en compañía de Carlos Rossi tras provocar a este ejemplar de la especie Ronisia barbarula.

Hormiga de terciopelo (Ronisia barbarula)

Detalle del peligroso aguijón de Ronisia barbarula

A pesar de que las currucas tomilleras, zarceras y carrasqueñas son muy frecuentes en todos mis paseos, la curruca rabilarga es una que a penas se prodiga. Un misterio que no logro comprender, ya que la zona aparentemente parece muy buena también para ella... Este ejemplar lo fotografié hace poco en la localidad de Corvio, hasta la fecha la única observación que tengo aquí.

Curruca rabilarga (Sylvia undata)

No hace demasiado que Juan Aguado me descubrió unas graveras en las que tras muchos años al fin pude encontrar renacuajos de sapo de espuelas, la única población de este anfibio que conozco en todo el norte de la provincia...


Renacuajos de Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)

Por supuesto no he perdido la oportunidad de visitar estas graveras durante la noche... Imposible resistirse con el eclipse de luna, los alcaravanes y los chotacabras cantando de fondo, y por supuesto todo el elenco de anfibios incluyendo metamórficos de sapo de espuelas, además de tritones jaspeados, ranas y otras tantas especies...

Eclipse de Luna

Metamórficos de Sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y de Tritón jaspeado (Triturus marmoratus)

Larva de Tritón jaspeado (Triturus marmoratus)

Tritón jaspeado (Triturus marmoratus), hembra

Ranas comunes (Pelophylax perezi)

Sapo común (Bufo spinosus)

Metamórficos de Sapo partero común (Alytes obstetricans)

La sanguijuela fue otro de los habitantes de la charca que también se unió a esta fiesta nocturna, de la misma forma que lo hicieron las arañas lobo.

Sanguijuela (Hirudo medicinalis)

Araña lobo (Hogna radiata)

Y por último uno de los tantos chotacabras europeos que encontré en una zona de rebollar y que a lo largo de varias noches me han regalado escenas dignas de quedar grabadas en la memoria. A éste sin embargo, más tranquilo, lo encontré en medio de una pista forestal.

Chotacabras europeo (Caprimulgus europaeus)​

Nada más que contar por hoy...
¡Espero que os haya gustado!


Tras las mariposas del Curavacas

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A comienzos de agosto Juan Pardo, Gonzalo Pardo y un servidor nos embarcamos en una salida de dos días por el macizo del Curavacas en busca de algunas de las mariposas tanto diurnas como nocturnas de este espectacular entorno.

Pico Curavacas

Llegamos a Vidrieros y decidimos acampar ya en la base del pico, donde después de cenar nos animamos a encender un rato la bombilla de vapor de mercurio y con ello optar a ver especies que difícilmente encontraríamos de otra manera.

A la luz de la bombilla...


A pesar de las humildes condiciones del "escenario" disfrutamos de lo lindo, pues además de los típicos geométridos y noctuidos también cayeron varios notodóntidos, árctidos y la estrella de la noche: una Gastropacha quercifolia.

Ourapterix sambucaria

Gastropacha quercifolia

Furcula bifida

Notodonta dromedarius

Cilix glaucata

Arctia caja

Chelis maculosa

Tras esa noche de polillas y de lluvia de Perseidas, ya con las primeras luces del alba, emprendimos el rumbo hacia la cima del pico Curavacas por su vertiente sur. La temperatura aún era muy baja y durante las primeras horas no hubo movimiento de lepidópteros, aunque sí encontramos alguno descansando en la vegetación, incluyendo entre ellos un bonito ejemplar de Erebia palarica.

Hacia el Curavacas...

Zygaena lonicerae ?

Zygaena loti

Oruga de Orgya aurolimbata

Crisálidas de Heterogynis sp.

Montañesa gigante o cantábrica (Erebia palarica)

 Proseguimos nuestra ascensión cruzándonos en nuestro camino con varios ciervos, un excremento de lobo y algunos de los pajarillos más madrugadores...

Pico Curavacas

Excremento de Lobo ibérico (Canis lupus signatus)



Cuando finalmente alcanzamos el Paso de La Llana comenzó el desfile de las erebias... Las Erebia lefebvrei se portaron más o menos bien, seguidas por una Erebia epiphron y alguna que otra Erebia cassioides.


Montañesa azabache (Erebia lefebvrei)

Montañesa ojitos (Erebia epiphron)

Montañesa concéntrica (Erebia cassioides)

Pero la protagonista indiscutida del viaje fue la Erebia gorge, especie que sólo se había citado por primera vez en Palencia hace dos años en este mismo enclave, y de la cual acabamos encontrando varios ejemplares... ¡Una joya!

Montañesa sublime (Erebia gorge)

En la cima no faltaron acentores alpinos de diferentes edades ni tampoco un grupillo de cabras montesas, además de unas vistas soberbias del resto de las cimas importantes de la Montaña Palentina, tales como el Espigüete, Peña Prieta, Peña Redonda e incluso los cercanos Picos de Europa.


Acentor alpino (Prunella collaris), joven

Acentor alpino (Prunella collaris), adulto

Cabras montesas (Capra pyrenaica)​

En la cima del Pico Curavacas (2520 msnm)

Pico Espigüete (2450 msnm)

Peña Prieta (2539 msnm)

Ahora nos esperaba un precario descenso por la cara norte para llegar al Pozo Curavacas, nuestra próxima escala. Mientras tanto seguimos viendo más erebias de las previamente citadas además de otras mariposas de gran interés, como
Ptilocephala moncaunella, perteneciente a la rara y peculiar familia Psychidae.

Pozo Curavacas y lagunas asociadas

Ptilocephala moncaunella

Manto de púrpura (Lycaena alciphron)

Uno de los más frecuentes del día fue el árctido Setina flavicans, cuyas orugas se alimentan de Xanthoria parietina y otros líquenes que recubren las rocas.

Setina flavicans

Entre el resto de la fauna observada durante la bajada destacan los rebecos cantábricos y un saltamontes áptero endémico de nuestras montañas del que ya he hablado alguna que otra vez en el blog...

Podisma carpetana ssp. ignatii

Restos de Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) depredada por Águila real (Aquila chrysaetos)

Rebecos cantábricos (Rupicapra pyrenaica parva)

No perdimos la oportunidad de acercarnos a las orillas de las lagunas glaciares que nos ibamos encontrando de camino al Pozo, donde además de diferentes anfibios de montaña también encontramos varias larvas de la libélula Aeshna juncea, habiendo descubierto con ello el segundo punto de reproducción conocido en Palencia para la especie.


Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris)

Tritón alpino (Ichthyosaura alpestris) y renacuajo de Rana bermeja (Rana temporaria)

Rana bermeja (Rana temporaria)

Volviendo a las mariposas también nos topamos con dos pequeños tesoros de la alta montaña cantábrica: la Parnassius apollo y la Boloria pales. Además pudimos apuntarnos una Erebia meolans, nuestra sexta especie de erebia del día...

Apolo (Parnassius apollo)

Perlada alpina (Boloria pales)

Montañesa de banda larga (Erebia meolans)

Una vez en el Pozo Curavacas aprovechamos para descansar, refrescarnos y comer el bien merecido bocadillo. La pausa fue relativa, ya que continuábamos sin perder detalle de los lepidópteros que revoloteaban a nuestro alrededor, aunque las especies por aquí ya resultaron más "normalitas"...

Pozo Curavacas

Manto de oro (Lycaena virgaureae)

Adipe (Argynnis adippe)

Rey moro (Brintesia circe)

Abraxas grossulariata

No nos fuimos sin ver un par de machos adultos de la ya mencionada libélula Aeshna juncea; uno en el punto donde el año pasado Miguel Rodríguez y yo citamos la especie por primera vez en la provincia (ver aquí) y otro el de la foto, inmortalizado al comienzo de tomar la senda del valle de Pineda.

Aeshna juncea

Por tanto el camino de vuelta lo realizamos por el valle de Pineda, esperándonos todavía más de 20 kilómetros para regresar de nuevo a Vidrieros.
Una joven águila real reclamando sobre nuestras cabezas fue la encargada de insuflarnos el último chute de energía que necesitábamos para poder terminar.


Águila real (Aquila chrysaetos)

Inevitablemente nos alcanzó la noche y los últimos kilómetros nos tocó hacerlos con el frontral encendido, sumándonos algún animalillo más antes de llegar.

Arañas lobo (Hogna radiata)

Sapo común (Bufo spinosus)

Y así es como le pusimos punto y final a esta larguísima ruta, tan ambiciosa como productiva... ¡Espero que os haya gustado!

Gracias por visitar el blog.


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